Existe una zona geográfica en el mundo conocida como ‘La franja del vino’. Como su nombre lo indica, es una franja imaginaria que rodea nuestro planeta y estipula las regiones en las que las condiciones climáticas son óptimas para la producción del vino. Esta ‘Franja del vino’ tiene dos ubicaciones: norte y sur.
En el norte abarca todo Estados Unidos, Italia, España y Francia, mientras que en el sur está Argentina, Chile y Oceanía. Nada que no sepamos ya. Durante siglos estos países han sido los referentes en el tema.
Por ahí también se encuentra Sudáfrica, que ya es de los primeros 10 países con una producción de vino importante. Las variedades Sauvignon Blanc y Chardonnay son de las más aplaudidas en cuanto a blancos se refiere, mientras que en los tintos encontramos excelentes Cabernet Sauvignon, Syrah, Pinot, Merlot y Hermitage. La escena vinícola neozelandesa también se merece un apartado. En esta pequeña isla se producen vinos blancos de altísima calidad.
Por otro lado, vale la pena voltear y probar los vinos que se producen fuera de esta franja. México, por ejemplo. A pesar de que Baja California se corona como la máxima región productora del país, también existen otros lares con una industria vitivinícola importante. Acá es donde El Bajío sale a colación; estados como Guanajuato, Querétaro y Aguascalientes se están tomando muy en serio su trabajo y se han posicionado con vinos de calidad tal que ya son acreedores a reconocimentos de talla internacional.
Si vienes de la Ciudad de México, Querétaro es la primera parada de esta Ruta del Vino así que no dudes en experimentar, al final el mejor vino es el que más empatía tenga con tu paladar y la única manera de descubrirlo es bebiendo. ¡Salud!